Edificio Zero

La nueva sede de la empresa genera un lugar con el que es fácil vincularse emocionalmente por su fuerte carga simbólica. La imagen de la marca quedará ligada en el imaginario colectivo de sus trabajadores, sus clientes y la sociedad en general con los valores de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente.

El edificio se concibe como un carrusel ajardinado sobre el que se exponen los diferentes sistemas de carpinterías y como eje del carrusel, un atrio central a doble altura como sala de exposición de los productos con los que día a día se encontrarán los visitantes y trabajadores camino de su puesto de trabajo.

La planta baja comienza fuera del edificio, bajo una gran sombra que te acoge y propicia espacios de encuentro al exterior. En esta planta se concentran los espacios de uso ocasional, salvo la recepción. Todos se comunican directamente con el exterior mediante sistemas correderos y especiales generando espacios de uso muy versátil.

La planta primera se diseña como un reloj de sol con huecos cada 20º que permite a los trabajadores percibir el paso del día y los cambios estacionales al tiempo que domotizar una respuesta óptima por parte de los sistemas de protección solar. El plano que forma el techo suspendido da continuidad a un espacio no jerarquizado en el que los puestos de trabajo se ordenan de forma radial junto a las ventanas recibiendo todos luz natural. Los despachos semiabiertos y los «phone booths» con luz cenital van acotando distintas zonas de trabajo con una piel cálida de madera que aumenta el confort acústico y la sensación de intimidad de todo el espacio. En el centro de la planta, trasparente y asomándose sobre la sala de exposiciones se sitúa el espacio de reunión principal del edificio, la sala de gerencia.